miércoles, 26 de noviembre de 2008

El silencio, la realidad y otras cosas de guardar


Hace mucho que me planteo qué debo hacer para ser totalmente consciente de lo importante que son las pequeñas cosas. En cierto modo, creo que soy un pequeño aprendiz de observador. Me preocupa más aún que el hecho de abrir más el campo visual y fijarme en todas esas cosas que se nos escpan día día (cosa que se de buena tinta que es sólo cuestión de esfuerzo y ganas de ir una revolución por debajo del mundo), la capacidad para ver aquellas cosas para las que no fui domesticado. Y me explico: Se cuenta que cuando Colón llegaba a la costa de América (por cierto y sin venir a cuento no entiendo porqué los estado-unidenses al hablar de EEUU se refieren a América..) aquellos barcos majestuosamente grandes y que llegaban en manada, ni siquiera fueron vístos por los indígenas en el horizonte, porque no eran nada que ellos hubiesen visto nunca. Es curioso el hecho de pensar que ni siquiera un simple garbanzo es nada. Es un constructo, es decir, una " realidad colectiva". Un garbanzo no exíste como tal. No es más que una asociación a un objeto, algo social, y como tal parte de la base de la única percepción. Cosa que en mi opinión es una idea demasiado relajada del" todo".
Para la gente que no se lo crea pondré un ejemplo.
Para un bebé al nacer no exísten los garbanzos. Incluso si tiene uno delante ni siquiera percibe el garbanzo. Es cuando su madre le dice: - Mira hijo. Esto es un garbanzo cuando el empieza a asociar ese objeto que antes ni percibia con el concepto garbanzo.
Todo esto es una rallada, lo sé, pero el fondo de todo este rollo es plantearse que realmente la mente construye absolutamente todo lo que nos rodea. Nosotros solamente vemos puntos de luz que nuestro cerebro procesa químicamente de una manera determinada, en un determinado "estado de consciencia" y dependiendo de cada persona de una manera diferente. Si lo que viésemos realmente existiera o fuese de una única manera no podría ser alterado por nada. Y sin embargo, bajo los efectos de diferentes substancias o mediante distintas técnicas de respiración, se pueden llegar a los llamados "estados alterados de la consciencia", en los cuales nuestro cerebro procesa de una manera distinta, y ese garbanzo ya no es un garbanzo..
En la meditación, el fín es mejorar para ser más útil, poder ayudar mejor a lo que nos rodea.
Realmente tenemos miedo a cosas (y yo el primero), que están enlatadas, preestablecidas. Y el mayor error es no ser conscientes de lo realmente libres que somos. Cada persona construye su propia realidad a través de su "mente", consciencia, o como queráis llamarlo. Es una pena que nos dejemos limitar en tantas cosas. Es necesario dar ese pequeño salto y soltarnos de la cuerda para poder ver lo que de verdad se nos ofrece. Sin guiones, sin ritmos, sin normas. Todos y cada uno de nosotros podemos cambiar el mundo con una simple sonrisa.
Después de este tostón, que espero que no haya sonado panfletario ni religioso (no creo en ningún dios). Gracias a quienes hayais tenido la paciencia de leer. Y quien quiera opinar bienvenido será.

lunes, 24 de noviembre de 2008


Es tan corta la distancia entre la pureza y la miseria que mi gran miedo es que esa pequeña parte dentro de mí desde que recuerdo se apodere de mí. Es por eso que quizás siempre me esfuerzo tanto por hacer las cosas bien y ser humilde, honesto y bueno. No es solo porque quiera curar al mundo con mi pequeña inocencia. Es también y aunque a priori me deba dar vergüenza reconocerlo, por puro miedo, luego también es un comportamiento egoísta.
Todos somos odiosos por dentro en una pequeña porción. Yo también he matado, y he odiado y he juzgado. Y como muchos hacen con sus miedos simplemente los entierro. Como a todo el mundo me atacan y me hacen sentir mal mis miedos. Y he ahí la respuesta a todos mis problemas. Rehuyo de mí. Yo no soy bueno, soy muy muy malo...

http://es.youtube.com/watch?v=cAIHRIO73e8